domingo, 9 de noviembre de 2014

EL BOTICARIO DE ROMEO


             Es un tópico eso de que cuando se lee a los clásicos siempre se descubre algo nuevo. Si tuviera que releer obras de Shakespeare no empezaría desde luego por Romeo y Julieta pero el caso es que por exigencias del guión he tenido que hacerlo. De entrada, Romeo no me parece un personaje tan majadero como lo recordaba, y mucho menos en comparación con el Calisto de La Celestina. Calisto necesita de intermediarios, lloriquea, no muestra ninguna sensibilidad cuando se entera de que sus criados Pármeno y Sempronio han sido ajusticiados. Calisto solo atiende a su propia calentura y se muestra, en definitiva, como un personaje banal y ridículo, quizás hasta pretendidamente ridículo. Sin embargo, Romeo se nos presenta profundo y sombrío desde el principio (aunque entonces está  todavía enamorado de Rosalina), refugiándose en su soledad, en la noche. Sus compañeros, Mercutio, se burlan de él pero con un fondo de respeto.
                El caso de Romeo es el de la transformación por el amor. Una transformación que le hace ver a los demás con ternura, con comprensión. De esta forma, desde su encuentro con Julieta evita las peleas, manifiesta su amor por sus semejantes que poco antes fueron enemigos y, en el último momento, cuando hundido por las noticias que le trae Benvolio decide acabar con su vida adquiriendo un mortal veneno, tiene un encuentro con el boticario  que me parece una gema escondida dentro de una obra baboseada por el cliché amoroso.
                Llega Romeo en medio de la noche a casa del boticario y comienza: "Recuerdo que cerca de aquí vive un boticario. Le vi hace poco; vestía harapos; sus cejas muy pobladas; recogía hierbas. Mísera parecía su persona, pues la miseria le había consumido hasta los huesos. En su pobre botica colgaba una tortuga, un caimán disecado y otras pieles de peces de extrañas formas. Y por los estantes podía verse un escaso surtido de cajas vacías, tarros de tierra verdosos, vejigas, simientes rancias, trozos de bramante y viejos panes de rosa; todo ellos aquí y allá para su ostentación; ante tal miseria yo me dije a mí mismo: "si un hombre tuviera necesidad de algún veneno cuya venta se castiga en las ciudades con la muerte cierto parece que este miserable lo vendería". Parece como si Romeo se adentrara furtivamente en La Cañada de Madrid en busca de un chute definitivo. Lejos de tomar distancia de este ambiente del todo ajeno al retoño de una de las familias más notables de Verona, lejos de tomar la dosis y echar a correr, Romeo se detiene y daría la impresión de que mira a los ojos al boticario, otro desdichado como él, y le habla de tú a tú. Él boticario tiene miedo porque sabe que la venta de la mercancía se castiga con la muerte. Transcribo el diálogo por el placer de hacerlo:

APOTHECARY:
Such mortal drugs I have. But Mantua´s law
is death to any he that utters them.

ROMEO
Art thou so bare and full of wretchedness
and fearest to die? Famine is in thy cheeks.
Need and opression starveth in the back.
Contempt and beggary hangs upon thy back.
The world is not thy friend, nor the world´s law.
The world affords no law to make thee rich.
Then be not poor, but break it and take this.

APOTHECARY
My poverty but not my will consents.

ROMEO
I pay thy poverty and not thy will.


                El boticario se resiste a venderle el veneno por el peligro en que se pone y Romeo viene a decirle que no le debe nada al mundo ni a sus leyes que no han pensado en él, que no le permitirán jamás salir de su miseria, Be not poor, le espeta. No seas pobre por más tiempo. El boticario se resiste y dice que su voluntad no se lo permite, pero su pobreza sí. Romeo le dice que le comprará su pobreza y dejará intacta su voluntad. Me parece un pasaje bellísimo, de gran calado. Casi dan ganas de dejar que la historia de Romeo prosiga y quedarnos hablando tranquilamente en el antro del boticario, echando unos vinos, con flamenco de fondo, hablando de lo mal que está la vida, de los corruptos, de la mierda que es Europa, con su hipocresía y sus cuentos de la lechera. Sed austeros, nos dice la hija luterana de un pastor protestante, la Merkel, como la llamamos nosotros. La hijadep(...). En estos términos nos expresaríamos. Queremos saber más de este boticario que ni siquiera merece un nombre propio, y nos quedamos pensando ¿Desde cuándo las leyes no piensan en nosotros? The world is not thy friend, nor the world´s law. Si el pueblo español supiera inglés, esta sería una frase para el pueblo, sería la primera exigencia de cambio para cualquier partido que se postulara como adalid del cambio. Será por eso que el Be not poor resuena en la pícaresca española desde que los Lázaros patrios tuvieron que sacudirse las hostias del ciego de turno, trasunto de cualquier jefe, de cualquier miseria y de cualquier época. Bueno, mejor dejarlo aquí y seguir leyendo a Shakespeare.

4 comentarios:

  1. Hola soy Rania de 4ºB y me ha gustado mucho el texto ya que habla en un sentido de una de las obras que más me gustan de W.Shakespeare: "Romeo y Julieta", también me ha gustado la frase en inglés ( The world is not thy friend, nor the world´s law) que significa que el mundo no es tu amigo ni una ley, lo cual describe a la situación entre el boticario y Romeo.

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  2. Me alegro de que te guste, Rania. Shakespeare es en sí un universo por descubrir. Si tue gusta leerlo en inglés y no tienes confianza en entenderlo (lógico, yo tampoco), existen ediciones bilingües como la de Letras Universales de la editorial Cátedra donde puedes alternar los idiomas. Intentaré seguir dando pistas. Un saludo.

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  3. Solo tengo una cosa que decir: escribes de puta madre (L)

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