martes, 21 de abril de 2015

EL TRABAJO SOBRE SANTA TERESA

ARTÍCULOS SOBRE LOS QUE ESTAMOS TRABAJANDO. 3 º A.

1. HECHOS CURIOSOS DE LA VIDA (Y LA MUERTE) DE SANTA TERESA.

- Divide su vida en cinco etapas.
- Destaca tres acontecimientos que le marcaron
- Descríbela físicamente.
- Describe su personalidad.
- ¿Cuál fue su obra? ¿Qué importancia tienen sus cartas? ¿Con quién tuvo problemas por escribir?
- ¿Qué sucesos curioso puedes contar sobres su muerte?

vocabulario: exhumar.

2. PIONERAS DE LA AVENTURA LITERARIA

- ¿Cuál es el título de la exposición que sirve de pretexto a este artículo?
- ¿Dónde se realiza? ¿A quién se dedica?
- ¿Qué escritor famoso tuvo una relación de admiración con Santa Teresa? ¿Qué otros escritores se irritaban con la escritura de las mujeres?
- ¿Qué relación tiene Santa Teresa con el teatro?
- ¿Cita al menos otras tres escritoras a las que está dedicada la exposición?
- Cuenta algo de la vida de Sor Juana Inés de la Cruz
- ¿Todas escribían poesía? ¿Todas eran religiosas? ¿Por qué?

vocabulario: austeridad.

3. NUEVAS VISIONES SOBRE TERESA DE JESÚS

- Intenta explicar cuál es la visión tradicional que se tiene sobre Santa Teresa y cuál es la nueva visión que se trata de dar a través de los nuevos estudios.
- En concretos se destaca también su faceta de emprendedora, mujer que administraba los negocios ¿Qué anécdota curiosa se cuenta a este respecto?
- ¿De qué obra importante actual sobre la vida de Santa Teresa se habla en el artículo? ¿Qué se dice?
- ¿En qué consiste el proyecto "Huellas de Santa Teresa"?
- ¿Qué escritores y pintores le dedican obras a Santa Teresa?

vocabulario: anticlericalismo.

4. TERESA DE AHUMADA, DE LA CLANDESTINIDAD A LA MÍSTICA.

- Este artículo se centra más bien en el perfil psicológico de Santa Teresa ¿Qué acontecimientos marcan profundamente su personalidad?
-¿Qué tipo de problemas sufría?
- ¿Qué importancia tienen sus confesores en su vida y en su obra?
-¿Qué importancia tiene la escritura en su vida?

vocabulario: herejía.

5. EL PODER FERTILIZANTE DE LA MANO DE SANTA TERESA

- ¿Cuál es la leyenda en torno a la mano de Santa Teresa?

- ¿Por qué viajó tanto y en manos de qué personaje histórico terminó?
- ¿Qué utilidad le encontraron finalmente las monjas carmelitas?
- Explica el título del artículo.

vocabulario: reliquia.

6. TERESA DE JESÚS, MÁS ALLÁ DE LA MÍSTICA

- Completa la frase: Teresa de Jesús escribe la primera...
- ¿En qué consiste la exposición Teresa de Jesús, la prueba de la verdad?
- ¿Qué dos revoluciones se dice que hizo esta mujer?
- En la última parte del artículo (Transgresora y feminista) ¿Qué norma o normas se salta o "transgrede" Santa Teresa?

vocabulario: venerar.

7. SANTA TERESA, ENTRE RAZÓN Y PASIÓN

- ¿Qué pregunta increíble se hacen eruditos y médicos en esta época?
- ¿De qué dice el artículo que se trata uno de sus principales libros: Camino de perfección?
- ¿Por qué Santa Teresa apuesta por la vida práctica? ¿Qué quiere decir para ella la vida práctica?
- ¿Qué problema le veían los inquisidores a su libro Las Meditaciones?
- ¿Qué representa su libro Las Moradas?

vocabulario: eruditos.

TERESA DE JESÚS, MÁS ALLÁ DE LA MÍSTICA

Teresa de Jesús, más allá de la mística

Una muestra en la Biblioteca Nacional recorre la vida y la obra de la autora, nacida en 1515

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'Educación de santa Teresa'
'Educación de santa Teresa' (1735), de Juan García de Miranda. / MUSEO DEL PRADO
A Teresa de Jesús (Ávila, 1515-Alba de Tormes, 1582) se la venera mucho y se la lee poco. Hay huellas de lo primero en el millar de conventos de su orden (carmelitas descalzas) abiertos por todo el planeta y en el despiece de su cuerpo, casi también planetario.
Sus restos viajaron de Alba de Tormes (el corazón: extirpado para comprobar si la flecha mística había dejado huella) a Roma (un pie), sin olvidar la mano que Franco acogió en su intimidad para incomodidad de las carmelitas de Ronda que, cada año, desde 1939 hasta 1975, le escribían dos cartas para preguntar cuándo les devolvería la reliquia. “Está totalmente dispersa. El día de la Resurrección final necesitará más tiempo que el resto”, ironiza Juan Dobado, director del Museo de San Juan de la Cruz, doctor en Historia del Arte y carmelita descalzo.
Pero Teresa de Cepeda y Ahumada fue también la autora de la primera autobiografía real escrita en lengua vulgar (Libro de la vida), una escritora autodidacta capaz de impresionar a un catedrático de la Universidad de Salamanca como fray Luis de León, que la admiró tanto que editó sus obras en el siglo XVI y se embarcó en la misión de escribir su biografía, una tarea inconclusa por su muerte, o fascinar a un joven San Juan de la Cruz, al que convence para refundar la orden. “No sabía bien latín, pero era una lectora voraz. Su madre leía a escondidas de su padre libros de caballerías y Teresa, también. Leía además libros de santos, quería hacerse martirizar como ellos, pero no hay que ver en esto una prematura vocación religiosa sino el afán de una niña de imitar a los personajes de las historias”, destaca Rosa Navarro, filóloga y catedrática de Literatura Española en la Universidad de Barcelona.
Santa Teresa
'Aparición de Cristo crucificado a santa Teresa de Jesús' (1629), de Alonso Cano. / MUSEO DEL PRADO
Juan Dobado y Rosa Navarro son los comisarios que han puesto en pieTeresa de Jesús. La prueba de la verdad, la exposición organizada por la Biblioteca Nacional de España y Acción Cultural Española, inaugurada ayer por los Reyes, con motivo del quinto centenario del nacimiento de la escritora. A través de 110 obras, que incluyen cuadros, manuscritos, cartas, esculturas y objetos personales usados por la religiosa como su tintero, los visitantes se podrán asomar a la sobresaliente personalidad de una mujer que hizo varias revoluciones a un tiempo: la de su congregación y la de las letras. En ambas buscó sencillez y cercanía. Dijo de ella Gerardo Diego: “Escribe no tanto como habla, sino como es”.
Por ambas fue examinada con lupa. Demasiadas osadías, que se añadían a unas cuantas impurezas (padre mercader y abuelo judío). Teresa de Jesús acabaría siendo la primera mujer nombrada Doctora de la Iglesia (1970), pero en su época debió bregar contra sus superiores para reformar la orden y contra la Inquisición para publicar su obra. “El Libro de la vida estuvo 12 años sin la autorización de la Inquisición”, detalla Rosa Navarro. “Al final ella es la que los vence a todos. Nadie recuerda a los inquisidores, pero su obra ha permanecido”, observa. “Es una mujer que tiene hoy mucha validez. En tiempos recios, como los de hoy, ella siguió adelante con su escritura con coraje y energía”, abunda Dobado.
En la exposición —hasta el 31 de mayo—, pueden verse documentos autógrafos de la escritora, como varias cartas (a Felipe II, a su hermana Juana de Ahumada y a damas mecenas), la primera y segunda redacción de Camino de perfección y los manuscritos originales de Libro de la vida y Libro de las fundaciones, cedidos por el Monasterio de San Lorenzo de El Escorial. “Dicen que escribía tan rápido como un notario”, aprecia la comisaria. Y es cierto que la caligrafía parece delatar un trazo apresurado, de alguien con muchos quehaceres y poco tiempo.
Portada de 'Las Moradas', de Santa Teresa, de 1577.
Para la ocasión hay piezas aportadas por instituciones como el Prado (óleos de Alonso Cano o el evocador lienzo de García de Miranda sobre el ambiente literario que rodeó la infancia de Teresa), el Thyssen, la Academia de Bellas Artes de San Fernando, la Fundación Casa de Alba o el Museo Boijmans Van Beuningen de Rotterdam, que ha contribuido con Visión de santa Teresa del Espíritu Santo, el rubensque abre la muestra.
A estos préstamos habituales, se ha sumado la colaboración excepcional de 22 conventos de carmelitas descalzas, que han suministrado objetos que rompen la clausura por vez primera en varios siglos, como la arquilla donde la monja guardaba las cartas, el Ecce Homo (1510) de Albert Bouts que le regaló al convento de Toledo o el breviario que utilizó. Están los libros que escribió y los que leyó, incluso algunos prohibidos antes de ser condenados al silencio por la Inquisición, llenando de pesar a Teresa de Jesús: “Cuando se quitaron muchos libros de romance que no se leyesen, yo sentí mucho, porque algunos me daba recreación leerlos, y yo no podía ya por dejarlos en latín; me dijo el Señor: ‘No tengas pena, que yo te daré libro vivo”.

Transgresora y feminista

FERRÁN BONO
La vida y la obra de Teresa de Jesús tienen muchas lecturas, como ponen de relieve los numerosos proyectos surgidos al calor del quinto centenario de su nacimiento. La exposición Teresa de Ávila. Mística y transgresoraofrece un enfoque inequívocamente feminista y transfronterizo desde el arte contemporáneo. Inaugurada el pasado domingo en el palacio de Pimentel de Valladolid, la muestra reúne los trabajos de 20 mujeres artistas de 10 países.
“Teresa transgrede sin temor las leyes que su tiempo le imponen por su condición de mujer. Incumple la prohibición, impuesta a las mujeres, de leer las Sagradas Escrituras. Desoye la obligación, impuesta a las mujeres, de leer en voz alta y defiende la oración interior. Bebe, a través de Francisco de Osuna, de la teología mística oriental”, señalan en el catálogo Guadalupe Luceño e Ilse-María Dorfstecher, comisarias de la exposición que se puede ver hasta el 8 de abril en la sala de la Diputación vallisoletana y luego en Berlín en mayo. Reúne obras de diferentes disciplinas de Barbara Noculak, Christine Seghers, Concha Gay, Concha Mayordomo, Dolores Fernández, Feyhan Bayik, Franca Bartholomäi o Jolanta Wagner.
Otra exposición, en el antiguo convento del Carmen de Valencia, explora la influencia de Teresa de Jesús a través de una serie de obras de arte moderno y contemporáneo de la colección del IVAM. Especialismo cromático parte de una “metáfora artística de los conceptos metafísicos de la poesía teresiana” para distribuir mediante las nociones (y salas) MoradasLuces y Sombras,SilenciosVacío o Mística las piezas del Equipo Crónica, Tàpies, Torres-García, Soulages o Chillida. El poeta Jaime Siles, la exdirectora del IVAM Consuelo Ciscar y el vicerrector de la Universidad Católica de Valencia José Luis Sánchez son los comisarios de la muestra, que se clausurará el 5 de abril.

SANTA TERESA, ENTRE PASIÓN Y RAZÓN

Santa Teresa, entre pasión y razón

La Iglesia y la literatura conmemoran hoy el V Centenario de la religiosa y escritora

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Santa Teresa de Jesús
Santa Teresa de Jesús, vista por Sciammarella. / EL PAÍS
Corrían tiempos en que aún había eruditos y médicos que se preguntaban si la mujer era “un ser humano”, cuando Teresa de Ávila, con tanta pasión como claridad intelectual emprendió la reforma del Carmelo. La niña que a los siete años intentó partir a tierras de moros con su hermano Rodrigo para sufrir martirio, demostró el mismo ímpetu cuando tras ingresar en la orden, de tanta oración y penitencia, cayó enferma, entró en coma profundo y estuvo amortajada y en sepultura abierta tres días enteros, y luego tres años sin poder andar. Pero una vez recuperada, sin desterrar el entusiasmo, desarrolló su contrapeso: la visión objetiva.
Estos dos aspectos, pasión y razón, unidos a una honradez orientada hacia la verdad, son los puntales en que se apoyaron su personalidad, sus actos y sus escritos. Así, dentro del Carmelo, fue despojando situaciones e ideas de falsos ropajes para que algunas cosas quedaran en su sitio; desenmascaró costumbres engañosas y se atrevió a escribir y comentar textos que podían poner en peligro su persona (la Inquisición estaba al acecho). Todo ello hace que sus obras estén vivas y nos transmitan a la vez su fuerte carácter y el pulso de la época.
Dejando a un lado los poemas, en general de raigambre popular y que sabemos eran improvisados, cantados e incluso bailados, en el resto de su producción literaria podemos diferenciar, por un lado, los libros que contienen relato autobiográfico, como la Vida, los que van claramente dirigidos a la comunidad de religiosas, y aquellos en los que cuenta su experiencia interior. Estos dos últimos grupos nos descubren tanto el entusiasmo como la inteligencia de la santa y sus grandes dotes psicológicas que propiciaron el consejo y la enseñanza y le permitieron descubrir los abismos místicos. Entre otros libros, podemos destacar por un lado Camino de perfección, y, por otro, lasMeditaciones sobre los Cantares y las Moradas del castillo interior. <TB>
El primero, escrito a modo de tratado, se centra en distintas cuestiones, desde la verdadera humildad, la pobreza y el desasimiento, hasta la falsa seguridad que supone la clausura. Así dice a sus religiosas: “¡Oh hijas mías!, no os aseguréis ni os echéis a dormir, que será como el que queda muy sosegado de haver cerrado muy bien sus puertas por miedo de ladrones y se los deja en casa”. También advierte contra la vanidad y la autosuficiencia, aconsejando huir de “razón tuve”, “hiciéronme sinrazón”, “no tuvo razón la hermana”. ¡De malas razones nos libre Dios! [...]La que no quisiere llevar cruz, sino la que le dieren muy puesta en razón, no sé yo para qué está en el monesterio”.

Año teresiano

Éxtasis, poeta, mística, religiosa, Dios, feminista, pasión, reformadora, meditación, visionaria, delirio, sabiduría… son algunas de las palabras que suelen acompañar al nombre de Santa Teresa de Jesús. La monja y escritora de la cual hoy se cumplen 500 años de su nacimiento: Ávila, 28 de marzo de 1515 y Alba de Tormes, 4 de octubre de 1582. Nacida como Teresa Sánchez de Cepeda Dávila y Ahumada, perseguida por la Inquisición, fundadora de la orden de las Carmelitas descalzas, fue beatificada en 1614. La Fundación V Centenario de Santa Teresa de Jesús ha organizado congresos, exposiciones y publicaciones, actividades que reivindican su feminismo o su portentoso talento literario. También se proclama su religiosidad, como los actos de hoy en la Iglesia-convento de la Santa y la catedral de Ávila.
Igualmente imperioso es su elogio de la vida práctica a través del ejemplo de las figuras evangélicas Marta y María, pues “Si entrambas se estuvieran, como la Magdalena, embevidas, no huviera quien diera de comer al huésped celestial”. Por otra parte, el invitar a la oración, tanto vocal como mental o de quietud, no le hace perder de vista la realidad, aconsejando amor y temor: “yo os asiguro: el amor os hará apresurar los pasos; el temor os hará ir mirando adónde ponéis los pies para no caer”.
Pero Teresa de Ávila sabía que junto a las cosas terrenales se daba la elevación mística, es decir, conocía la posibilidad de vivir a distintos niveles, aunque algunos, al principio, le parecían incomprensibles y, para penetrarlos, empleó todas sus armas intelectuales. Por este motivo resulta conmovedora la obra que llamó sencillamente mis “Meditaciones”, que fue pronto conocida como Meditaciones sobre los Cantares. La empezó cinco años después de que Fray Luis tradujera del hebreo el libro bíblico atribuido a Salomón, saltándose la norma eclesiástica imperante de respetar la Vulgata, lo que comportó su encarcelamiento. También para Teresa esas “Meditaciones” resultaron peligrosas. Los inquisidores no admitían una interpretación femenina de las Escrituras, ni una lectura de ellas en romance. Con todo, aunque el confesor de la santa recibió la orden de quemarlas, se salvaron, había copias en distintos conventos. En ellas, Teresa nos transmite el asombro y desconcierto ante palabras bíblicas que, de hecho, eran un epitalamio que ya los mismos judíos del siglo I, escandalizados, obligaron a leer “a lo divino”. Escribe citando: “Béseme con beso de su boca’. ¡Oh Señor mío y Dios mío, y qué palabra ésta, para que la diga un gusano a su Criador! [...]Es cosa que espanta”.
Su obra está viva y transmite su fuerte carácter y el pulso de la época.
‘Vida’, ‘Camino de perfección’ y ‘Meditaciones’ son algunos de sus libros
Si la Inquisición mandó quemar las “Meditaciones” también requisó laVida. Debido a ello, escribe la fundadora sus Moradas del castillo interior, libro autocensurado luego, donde representa el trayecto del alma a través de siete espacios, en el último de los cuales halla su objetivo: Dios. Asín Palacios y Luce López-Baralt estudiaron sus posibles bases islámicas y judías, pero lo cierto es que el recorrido de siete etapas hasta alcanzar una forma de unión con la deidad se encuentra ya en tradiciones más antiguas, enmarcadas todas en el concepto del inconsciente colectivo y los arquetipos defendidos por Jung, al hablar de los cuales cita “los peligros del inconsciente” que identifica con “the perils of the soul” (los peligros del alma).
El alma, en efecto, está en peligro, incluso respecto a sí misma. Y esto lo sabía muy bien la santa. Por ello, la transformó en caballero lanza en ristre, para que alcanzara el “centro del diamante”. Logrado esto, la unión es tan fuerte que al alma: “no le falta tantito para acabar de salir del cuerpo: a la verdad, no sería poca dicha la suya”.
Este es el punto clave que diferencia el verdadero éxtasis, y esta la sabiduría sin enseñanza de Teresa de Jesús: “De estas mercedes tan grandes queda el alma tan deseosa de gozar del todo al que se las hace, que vive con harto tormento, aunque sabroso; unas ansias grandísimas de morirse, y ansí, con lágrimas muy ordinarias, pide a Dios la saque de este destierro”. En este punto regresa a ella el yo pasional y no teme declararlo. Su enunciado es válido para todos y fue siglos después hermosamente definido por Ciorán: consiste en el “deseo abrasador de no sobrevivir a la emoción”.
Clara Janés es poeta y autora de Poesía y pensamiento. Antología de Santa Teresa de Jesús (Alianza).

HECHOS CURIOSOS DE LA VIDA (Y LA MUERTE) DE SANTA TERESA.

La monja inquieta y andariega pasó cuatro años tullida en una enfermería antes de fundar 16 conventos en sus últimos 20 años. Falleció un 4 de octubre de 1582 y el primero de sus tres entierros fue 24 horas después... el 15 de octubre. (ABC. 17/04/2015)


El 28 de marzo de 2015 se cumplirán 500 años del nacimiento de Teresa Sánchez de Cepeda y Ahumada, más conocida como Santa Teresa de Jesús o Teresa de Ávila. Fue un miércoles para más señas, a las cinco de la mañana como anotó su padre don Alonso Sánchez de Cepeda. Éste, hijo de un judío converso toledano, se había casado en segundas nupcias con la noble castellana doña Beatriz de Ahumada, y había aportado al matrimonio tres hijos de su enlace anterior a los que se sumaron ocho, entre ellos Teresa. «Éramos tres hermanas y nueve hermanos», contó la propia santa, que según ella misma admitía era la favorita de su padre.

Sus dos «fugas»

Cuentan que a los 7 años convenció a su hermano Rodrigo para que se fugase con ella de casa y se fuera con ella a tierra de moros, buscando el martirio. La fracasada intentona da muestra de la religiosidad que marcó su infancia y también de su carácter enérgico y su fuerte voluntad. Su siguiente fuga no se quedaría en intento. En 1535, ante la negativa de su padre para concederle el permiso paterno para ingresar en el convento de las carmelitas de la Encarnación, se iría de casa para tomar los hábitos y hacer los votos. No sin pena, como ella misma relató: «Aquel día, al abandonar mi hogar sentía tan terrible angustia, que llegué a pensar que la agonía y la muerte no podían ser peores de lo que experimentaba yo en aquel momento. El amor de Dios no era suficientemente grande en mí para ahogar el amor que profesaba a mi padre y a mis amigos». Teresa tenía 20 años.

Entre libros de caballería

Había sido su propio padre, sin embargo, el que primero la llevó a un convento. A los 13 años Teresa se había quedado huérfana de esa madre con quien compartía confidencias, devociones y su gusto por la lectura. De las vidas de santos, había pasado a los libros de caballerías y de en ellos aprendió a galantear con sus primos. «Comencé a pintarme y a buscar a parecer y a ser coqueta», recordaba la propia santa. Su padre, preocupado, decidió entonces internarla en el convento de las Agustinas de Gracia de Ávila, donde se educaban doncellas nobles.
Una grave enfermedad le obligaría a salir del convento. Nada se sabe de esta dolencia a la que la santa solo se refirió con la frase «Dióme una gran enfermedad, que hube de tornar en casa de mi padre». Durante su convalecencia, su tío don Pedro de Cepeda le dio a leer las Epístolas de San Jerónimo que le harían decidirse por tomar los votos y entrar en las carmelitas.

Su prematuro funeral

En el convento de la Encarnación «vivió feliz 27 años, siendo siempre, eso sí, el centro de la atención y el afecto de familia, monjas y seglares», señalan en la web del V Centenario de Santa Teresa de Jesús. La santa debía ser una mujer hermosa, de cuerpo frágil y dotada de una espiritualidad fuera de lo común. En 1538 cae de nuevo enferma. Ante el fracaso de los médicos, su padre le lleva a una curandera cuyo tratamiento «deja a la enferma medio muerta», relata Montserrat Izquierdo en su obra «Teresa de Jesús. Con los pies descalzos». Un año después, un paroxismo la llevará a las puertas de la muerte.
En el convento de la Encarnación le prepararon su sepultura y hasta celebraron un funeral, según relata Izquierdo. Sin embargo, cuatro días después, volvió en sí y pidió que la llevaran de vuelta al convento. «En la enfermería del monasterio pasará tullida casi cuatro años hasta verse curada, según su propia confesión, por la intercesión de san José», apunta la escritora.

Las visiones místicas

Los años siguientes fueron los más oscuros para la santa, que abandonó la oración en 1542 y un año después salió del convento para cuidar a su padre. Moriría en aquella Navidad y a su regreso, Teresa pasaría diez años más entre estados de desesperanza y periodos de oración hasta que en 1554, cuando rondaba los 40 años, tuvo lugar su conversión definitiva ante un Cristo llagado. «Ese día nace Teresa de Jesús y comienza la segunda etapa de su vida. La de su fecundidad espiritual, mística y literaria. La etapa de fundadora», subraya la filóloga especialista en la figura de Santa Teresa.

Entre santos

De entonces son sus primeras visiones y sus temores de estar siendo engañada «por el demonio». Su encuentro en 1560 con el santo franciscano Pedro de Alcántara resultó providencial para alcanzar la paz. Poco antes había tenido oportunidad de conocer a Francisco de Borja, que también sería santo, y años después mantendría una estrecha relación con San Juan de la Cruz.

16 conventos en 20 años

El 24 de agosto de 1562 el Papa Pío IV le concedió su traslado con cuatro monjas al pequeño convento de San José de Ávila. La reforma del Carmelo se ponía en marcha. Apoyada por el general de la Orden del Carmen, recorrió todos los caminos de España fundando conventos. Fueron 16 en apenas 20 años: Ávila, Medina del Campo, Malagón, Valladolid, Toledo, Pastrana, Salamanca, Alba de Tormes, Segovia, Beas de Segura, Sevilla, Caravaca, Villanueva de la Jara, Palencia, Soria, Granada y Burgos. No pudo cumplir su deseo de fundar un convento en Madrid.

Ocho libros y medio millar de cartas

En esos últimos 20 años de su vida escribió Santa Teresa el «Libro de la Vida», «Camino de perfección», «Meditaciones sobre los Cantares», «Moradas del castillo interior», «Exclamaciones», «Fundaciones», «Visita de Descalzas», las «Constituciones» para sus monjas, poesías y medio millar de cartas además de 66 «Cuentas de conciencia» para sus confesores. «Ella no podía predicar, pero sí podía decir lo que pensaba a través de las cartas, en las que no sólo se hablaba de su relación con Dios», señalaba el pasado domingo a Montse Serrador el historiador Javier Burrieza.

Acosada por la Inquisición

Acusada de enseñar cosas de alumbrados, Santa Teresa tuvo que defenderse ante el Tribunal de la Inquisición en 1575. Montserrat Izquierdo relata cómo el Definitorio General de la orden le mandó encerrarse como «presa» en el convento que ella eligiera y su reforma sufrió tal persecución que a punto estuvo de desaparecer hasta que en 1580 el Papa Gregorio XIII concedió a los descalzos una provincia separada de los carmelitas calzados mediante la bula «Pia consideratione».

Murió el día 4 y su entierro fue 24 horas después... el 15

En septiembre de 1582, Teresa de Jesús llegó al monasterio de Alba de Tormes muy enferma. «En fin, muero hija de la Iglesia», pronunció antes de fallecer. Era el 4 de octubre, el día que entraba en vigor el calendario gregoriano. A Santa Teresa la enterraron 24 horas después... el 15 de octubre.

Tres entierros

La enterraron allí mismo, en el convento de Alba de Torres aunque antes de que se cumpliera el año se procedió a la primera exhumación del cuerpo, que se encontró incorrupto. El padre Jerónimo Gracián procedió al rito de amputarle una mano que llevó a las carmelitas de Ávila aunque sin el dedo meñique que se quedó para él.
Tres años después del fallecimiento la Orden de los Carmelitas Descalzos mandaron llevar el cuerpo a Ávila así que fue exhumado el 25 de noviembre de 1585 y se trasladó el cuerpo incorrupto aunque sin un brazo que se quedó en Alba de Tormes para compensar de la pérdida. La decisión provocó el rechazo de los Duques de Alba, que echaron mano de su poder para recuperar el cuerpo, según relata Nieves Concostrina en «Polvo eres», y lo lograron puesto que Sixto V ordenó el traslado de nuevo a Alba de Tormes. En total se oficiaron tres entierros oficiales.
Su cuerpo aún incorrupto se encuentra hoy en una capilla de la Iglesia de la Anunciación de Nuestra Señora de Alba de Tormes, custodiado por nueve llaves aunque despojado de muchas partes de su anatomía. En Alba de Tormes se conservan sendos relicarios con el brazo izquierdo y el corazón de la santa, un pie y parte de la mandíbula se encuentra en Roma, la mano izquierda en Lisboa, un dedo en París, aunque la reliquia de la santa que ha tenido una existencia más agitada ha sido la primera mano que se le seccionó.

martes, 14 de abril de 2015

SANTA TERESA DE JESÚS, NUESTRA PRIMERA ESCRITORA

Santa Teresa de Jesús, nuestra

 primera escritora

Este año se conmemora el quinto centenario del nacimiento

 de Santa Teresa de Jesús (Ávila, 1515), nuestra primera gran escritora.










ANDRÉS AMORÓS 

Conmemoramos este año el quinto centenario del nacimiento de Santa Teresa de Jesús (Ávila, 1515), a la que podemos considerar como nuestra primera gran escritora.

Ella y san Juan de la Cruz son figuras cumbres, a la vez, de la mística y de la historia de la literatura, admirables ejemplos de esos "frutos tardíos" que caracterizan a nuestra literatura. En Europa, la literatura mística se da en la Edad Media; en España, en la segunda mitad del siglo XVI, la época de Felipe II.

Escribe Santa Teresa el Libro de su Vida por mandato de su confesor: "Como me han mandado... para que escriba el modo de oración y las mercedes que el Señor me ha hecho". Su finalidad es "que vean las misericordias de Dios". Se dirige a sus hermanas y a todo el que comienza la vida espiritual.
Sorprende Santa Teresa por su unión de mística y espíritu práctico, su capacidad de gestión: por ejemplo, trataba a banqueros y mercaderes. Era de familia judeo-conversa. Américo Castro definió su "mística y humana femineidad", su "palabra de mujer". Une el milagro y lo cotidiano. Puede resumirse esa actituden la conocida metáfora: "También entre los pucheros anda el Señor".
Todo ello determina un estilo muy personal. Escribe con llaneza, comete errores sintácticos; usa un "estilo de ermitaños, sin novedades ni melindres: para que, por muy menudo y con claridad, dijera mis grandes pecados y ruin vida".
El Libro de la Vida comprende episodios autobiográficos, capítulos sobre la oración y el relato de algunas de sus fundaciones de conventos. Para el lector medio actual, los primeros, los autobiográficos, son, sin duda, los más atractivos. Inolvidable resulta, por ejemplo, lo que cuenta sobre su infancia. Su padre "era aficionado a leer buenos libros y así los tenía de romances para que los leyesen sus hijos". Se reunía la niña con su hermano Rodrigo a leer vidas de Santos y su ejemplo les animaba para marchar a tierra de infieles, "para que allá nos descabezasen".
Lo que más impresión le causaba, en la lectura, era una palabra terrible, que la santa repite tres veces: "Espantábanos mucho el decir que pena y gloria eran para siempre, en lo que leíamos. Acaecíanos estar muchas veces tratando de esto y gustábanos de decir muchas veces: ¡para siempre, siempre, siempre!" (Curiosamente, con estas mismas palabras concluye Gustav Mahler el tiempo final de La Canción de la tierra, en la que pone música a poemas de Li-Tai-Po y otros autores chinos clásicos).
Existen buenas ediciones académicas, anotadas, del LIbro de la Vida en las colecciones Clásicos Castalia (con prólogo del gran erudito Otger Steggink) y en Letras Hispánicas de Editorial Cátedra. También existen otras ediciones de bolsillo en Edaf y ed. San Pablo. Curiosa es la iniciativa de ed. Rialp, que ha separado, en dos volúmenes, el relato autobiográfico de lo doctrinal. Para entender la personalidad de la santa, fuera del ámbito académico, se pueden leer el libro biográfico de Marcelle Auclair (la amiga de Ignacio Sánchez Mejías) y el de una excelente poetisa actual, Olvido García Valdés.
Al margen de las creencias religiosas de cada cual, nadie puede negar que Santa Teresa de Jesús es una de las glorias de la cultura española y una extraordinaria escritora.

LA CARA FEMINISTA DE SANTA TERESA

La cara feminista de Santa Teresa



Santa Teresa de Jesús fue probablemente la primera mujer feminista de la Iglesia Católica. En pleno siglo XVI, la fundadora de las carmelitas descalzas se despachó en diversos libros contra la desigualdad que observaba en las decisiones de la jerarquía eclesiástica. "El mundo nos tiene acorraladas", "aunque las mujeres no somos buenas para consejo, alguna vez acertamos" o "no son tiempos de desechar ánimos fuertes, aunque sean de mujeres" son algunas de las afirmaciones que esta religiosa, doctora de la Iglesia Católica, dejó esritas en un momento en que las mujeres eran prácticamente invisibles, tanto en esta religión como en la sociedad civil. 
Santa Teresa fue una mujer libre, independiente y con una fuerte determinación para emprender grandes reformas. Pero esa no es la imagen que se tiene de ella. Ni siquiera la serie que protagonizó Concha Velasco en los ochenta mostró, según los expertos, la verdadera cara de Teresa de Ávila. El V Centenario del nacimiento de Santa Teresa Jesús, que se conmemora este año, busca precisamente actualizar su figura. "Teresa apostó por la mujer en su condición de dignidad, para ser oída y no sólo oyente", explica a Público Máximo Herraiz, ex vicario general, doctor en Teología y uno de los mayores expertos en el estudio de Teresa como mujer y escritora.
De hecho, precisamente para que su voz fuera escuchada, en el libro Camino de perfección la religiosa critica a los inquisidores por prohibir libros y, a su vez, a los sacerdotes que lo toleran, a quienes llama "falsos profetas" y "medios letrados". En este texto dedicado a 12 mujeres que inician la fundación del nuevo Carmelo —llevado a cabo por Teresa—, la religiosa escribe: "No son tiempos de creer a todos, sino a los que viereis van conforme a la vida de Cristo" (...)". Y exhorta a sus hermanas: "No hagan caso de la opinión del vulgo [el gremio sacerdotal].
Santa Teresa no quiere que ningún hombre ejerza de superior en los conventos. "Desea que las monjas sean independientes, autónomas, y de hecho, acaban eligiendo a sus superioras cada tres años, lo que supone una auténtica revolución", insiste Herraiz. Después de la primera asamblea electiva y legislativa de los carmelitas, en marzo de 1581, Teresa insta a sus comunidades de carmelitas a que envíen su opinión sobre las constituciones que quieren y ella escribe: "En nuestras cosas no hay que dar parte a los frailes".
Santa Teresa quiere que sus monjas intervengan activamente en la elaboración de sus leyes. La clausura, explica Herraiz, "no es para que no puedan salir, sino para que nadie entre a gobernarlas". "Esto es lo que temen mis monjas: que han de venir prelados pesados que las abrumen mucho", escribe. La religiosa acusa a los sacerdotes de "malos cristianos" y "negros devotos" que "destruyen los conventos femeninos" por prohibir libros a las mujeres.
De hecho, sus obras fueron ampliamente censuradas y en 1559, cuando se publica el Índice de libros prohibidos del inquisidor Fernando de Valdés, los inquisidores —siguiendo sus instrucciones— desvalijan la pequeña biblioteca que Santa Teresa tenía en el monasterio de la Encarnación. La Inquisición mandó requisar su obra El libro de la Vida, pero Santa Teresa se quedó con una copia del manuscrito. "No se paró ni ante la Inquisición", remarca Herraiz, "y se enfrentó también al arzobispo de Toledo y al de Burgos".
Como dice el director del Centro Internacional de Estudios Teresianos de Ávila y vicepresidente de la Fundación V Centenario, Javier Sancho, "la fe cristiana ayudó a Santa Teresa a ser más mujer". La religiosa, que creó 17 convenios en España y dos colegios para la formación de las niñas, defendió siempre su dignidad como mujer. Herraiz recuerda una anécdota: "Un día que Teresa fue a visitar las obras del primer monasterio, en Ávila, un albañil dijo a un compañero al ver pasar a Teresa: "¡Qué lástima, una mujer tan guapa y que sea monja!". Teresa lo oyó, volvió sobre sus pasos y le dijo al piropeador: "A ti te da igual porque nunca me hubiera casado contigo". 
Parte de los pensamientos de Teresa de Jesús, además, pueden leerse ahora en el libro Estudios Teresianos. Autógrafos de Santa Teresa de Jesús en Europa y América, que supone una fotografía global de la existencia de las 500 cartas recuperadas en España, Italia, Portugal y América Latina. Sus autores, Tomás Álvarez y Rafael Pascual, han tardado cinco años en publicar esta obra, dadas las dificultades por encontrar a los depositarios de las cartas.